Las cooperativas de salud haciendo una diferencia en Japón

29 Apr 2016

Por Balu Iyer

Al comienzo de este mes estuve en Saitama para ver cómo una cooperativa estaba respondiendo a los asuntos de atención médica en Japón, que tiene una sociedad muy envejecida.

La Cooperativa Médica Saitama está situada en la prefectura Saitama, al norte de Tokyo. Con una población de 2,88 millones de personas, la región está caracterizada como una con el envejecimiento más rápido del país. También tiene la densidad más baja de doctores.

Debido a la alta calidad de sus servicios médicos, la cooperativa se sitúa bien en las clasificaciones: segunda entre los 20 hospitales de emergencia en Kawaguchi City y la mejor en el sector privado.

Con la implementación de la política de seguros para cuidado a largo plazo en 2000, comenzó una competencia entre los proveedores con fines de lucro y sin fines de lucro. Como consecuencia, el papel del estado ha continuado disminuyendo de proveedor de servicios hacia financiero y regulador. En estos mercados regulados fuertemente, las cooperativas proveen un acceso mejor a los servicios de atención médica, y, más importante, para el número creciente de japoneses excluidos de los servicios porque no tienen empleo o tienen un ingreso bajo.

Por la tarde tuve la oportunidad de visitar Ajisai, un lugar de bienestar liderado por la Unión de Cooperativas de Trabajo de Japón. Caminando alrededor del centro, fui conmovido al ver el apoyo mutuo ofrecido por el cuidador (una persona discapacitada) y la persona que recibía la atención (una persona mayor) uno a otro.

Durante mi visita corta a las cooperativas de salud y las conversaciones que he tenido, vi la diferencia que las cooperativas pueden hacer. Las cooperativas, como organizaciones enfocadas en los miembros ponen la salud y el bienestar adelante que los beneficios. Juegan un papel muy importante en el cuidado para el individuo, la prevención de la enfermedad y el bienestar social de los miembros y sus dependientes. Las cooperativas juegan un papel clave con las poblaciones vulnerables, incluyendo a los discapacitados, las personas mayores y las personas con enfermedades mentales, y adoptan una política de membresía inclusiva. Hasta países que tienen una población joven serán afectados por la realidad del envejecimiento.

Cuando estábamos a punto de salir del centro Matsuda fui entregado un regalo por los residentes por una señora muy activa y alegre que nos había servido el te. Tenía 76 años, era sana, se sentía incluida y estaba involucrada pasionalmente en su trabajo. ¿No querríamos todos ser así cuando envejezcamos? Formar parte de la cooperativa podría ser la respuesta.

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