Cómo las cooperativas de vivienda suecas abogan por la sostenibilidad

27 Feb 2020

El pasado mes de febrero, la secretaria general de Cooperative Housing International (CHI), Julie LaPalme, se reunió en Estocolmo (Suecia) con HSB Riksförbund [A1] y Riksbyggen, dos de los miembros más grandes de CHI. HSB Riksförbund y Riksbyggen son dos grandes empresas cooperativas de vivienda que proponen la venta y el alquiler de viviendas cooperativas, así como servicios de construcción, desarrollo y gestión en todo el país. Ambas cooperativas priorizan la sostenibilidad medioambiental y empiezan a recoger el fruto de sus esfuerzos, puesto que ambas han sido incluidas –durante dos años consecutivos–, en la lista de las empresas más sostenibles de Suecia.

Cómo logran estas empresas cooperativas suecas cumplir sus compromisos de sostenibilidad

Para empezar, el departamento de desarrollo sostenible de Riksbyggen está formado por una persona especializada en estrategia energética, una persona encargada de la gestión medioambiental, una persona a cargo de la gestión sostenible y varias personas especializadas en sostenibilidad. Este equipo utiliza un hormigón ecológico en sus construcciones, instala paneles solares, elimina las sustancias químicas nocivas y ha invertido en una flota de vehículos que no requieren combustible fósil. Y van incluso más allá, ¡instalan casitas para los pájaros y hoteles de insectos para favorecer su presencia y aumentar la biodiversidad!

En 2018, Riksbyggen desarrolló una nueva dirección estratégica para el periodo 2019-2021. En su programa se incluye el cumplimiento de los ODS de la ONU, lo cual es un reto importante, ya que los sectores inmobiliario y de la construcción suponen entre el 10 y el 40 % del impacto medioambiental en Suecia. Con este objetivo, Riksbyggen ha iniciado colaboraciones con investigadores, la comunidad empresarial, la municipalidad de Gotemburgo y residentes comprometidos con el medio ambiente para poder desarrollar el concepto de viviendas eficientes (Positive Footprint Housing), una nueva manera de construir y gestionar las viviendas, respetuosa con sus habitantes, con el medioambiente y con la economía. Este nuevo proceso implica trabajar para satisfacer las necesidades actuales sin poner en peligro las necesidades de las próximas generaciones.

Uno de los últimos proyectos desarrollados por Riksbyggen en Gotemburgo son las viviendas eficientes Brf Viva. Para su construcción, la cooperativa ha utilizado un nuevo tipo de hormigón con un impacto medioambiental muy inferior al tradicional (un 30 % menos de emisiones de CO2). Riksbyggen también ha integrado aplicaciones de movilidad para fomentar un uso compartido de coches y bicicletas, ha diseñado sistemas inteligentes de recogida de basuras y ha creado un sistema para reutilizar las baterías de los autobuses como almacenamiento para la energía solar. Sin duda, Riksbyggen se ha ganado a pulso el premio de construcción medioambiental del año, durante dos años consecutivos, en los premios Green Building Awards otorgados en Suecia.

La segunda empresa cooperativa sueca destacada es HSB. Se trata también de una cooperativa de vivienda que otorga una gran importancia a la sostenibilidad. En 2016, HSB adoptó una estrategia de crecimiento sostenible con cuatro objetivos principales: eficiencia de los recursos, medioambiente, servicios y productos sostenibles y ser un actor importante para la comunidad. Esta empresa cooperativa también defiende los ODS 5, 7 y 13 de la ONU y contribuye con tres de los 16 objetivos de calidad medioambiental suecos, que se centran en las categorías de buen ambiente construido, impacto climático reducido y ambiente no tóxico.

Según Magnus Ulaner, director de medioambiente de HSB, los ODS han tenido una acogida favorable en Suecia. Tanto la comunidad empresarial como el gobierno han aprovechado la oportunidad para integrar los ODS en sus comunicaciones y en sus estrategias globales y HSB no es una excepción a la regla.

Una de las mayores innovaciones de HSB en el ámbito de la sostenibilidad es un proyecto que se desarrolla a lo largo de 10 años y se conoce bajo el nombre de Living Lab. Se trata de una vivienda compartida en la que los estudiantes de la Chalmers University of Technology en Gotemburgo tienen habitaciones individuales y comparten la cocina y otras zonas comunes de la vivienda. A través de 2000 sensores, se miden, entre otros, el consumo de energía y de agua, la presión del aire o los niveles de CO2. Todos estos valores permiten ampliar las posibilidades de investigación para mejorar las prácticas de construcción.

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