Contribución de las cooperativas agrícolas y forestales europeas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible

19 Jun 2020

La agricultura es responsable del 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea y su papel en la lucha contra el cambio climático y en el cumplimiento de la agenda para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas es esencial.

Algunas iniciativas implementadas ya han dado fruto y la Agencia Europea de Medioambiente ha indicado que las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la agricultura en la UE se redujeron en un 24 % entre 1990 y 2012, una tendencia inversa a la corriente mundial. 

Pero los cambios meteorológicos, el aumento de las temperaturas y la escasez de lluvia están afectando seriamente a los agricultores europeos, que se encuentran en primera línea en esta lucha contra el cambio climático.

Las cooperativas agrícolas europeas reconocen que es necesario actuar de manera eficaz y aprovechar todas las oportunidades posibles para reducir las emisiones. Son conscientes del impacto que tienen todas sus acciones –desde el campo hasta el comercio– y quieren ser parte de la solución.

Cogeca representa la voz de las cooperativas agrícolas de la UE y se esfuerza por garantizar un sector agrícola y agroalimentario europeo sostenible, competitivo, innovador y económicamente viable. Cogeca representa a 22 000 cooperativas agrícolas con siete millones de agricultores que emplean, a su vez, a más de 600 000 personas.

En 2019, Cogeca lanzó la campaña 17 razones para cooperar (#17Reasons2Coop) para promover las cooperativas forestales y agroalimentarias a través de un mapa en línea interactivo que mostraba los progresos a largo plazo en la sostenibilidad. 

Entre las cooperativas ilustradas en este mapa, se encuentra la cooperativa irlandesa Carbery, que compensa sus emisiones de carbono y se esfuerza por mejorar la biodiversidad mediante un proyecto de plantación de árboles. En colaboración con SWS Forestry, la cooperativa lanzó el proyecto Carbery Tree Project, que donó 45 000 árboles para los agricultores y los trabajadores. A través de su proyecto Carbery Millennium, la cooperativa también ha repoblado cerca de una hectárea con robles, que tienen un papel esencial en la biodiversidad y son un elemento clave en el patrimonio natural irlandés.

En las próximas décadas, se espera que aumente en un 70 % la demanda de alimentos y es esencial poder dar respuesta a esta demanda a la vez que se reduce el impacto medioambiental. Muchas cooperativas ya están trabajando para conseguirlo. En el sitio web de Cogeca se incluyen más de 80 estudios de casos sobre la contribución de las cooperativas agrícolas para cumplir los ODS. Puedes consultar el mapa aquí.

La cooperativa agroalimentaria Valio, propiedad de distintos productores de leche finlandeses, ha establecido distintos objetivos para reducir sus emisiones. Valio pretende reducir a cero su huella de carbono por el procesamiento de la leche en 2035. Los objetivos de Valio se basan en el Acuerdo de París sobre el clima en el que se estableció como objetivo limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.

Por otra parte, PINDOS, una cooperativa agrícola y avícola ubicada en Ionnina (Grecia) participa activamente en la protección del medioambiente. La cooperativa cuenta con una moderna unidad de tratamiento biológico, ha instalado una planta energética que incinera los residuos inactivados de las aves y ha creado una planta en la que se convierten los residuos de las granjas avícolas en el fertilizante orgánico Agrosyn. PINDOS planea añadir dos unidades más a las ya existentes.

La cooperativa de productos lácteos Arla Foods también ha iniciado el camino hacia la sostenibilidad. En 2019, la cooperativa, propiedad de 10 300 agricultores, se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30 % por kilogramo de leche a lo largo de la próxima década y prometió tratar de reducir a cero sus emisiones de carbono para el año 2050. La nueva estrategia de la cooperativa Arla cubre toda la cadena de valor, desde la vaca hasta el consumidor, y engloba el clima, el aire, el agua y la naturaleza. Aunque es imposible eliminar las emisiones de metano del ganado, pueden reducirse considerablemente, por ejemplo, implementando mejoras en la alimentación, un ámbito en el que Arla está financiando investigación. 

Arla también trabaja con los agricultores para medir y aumentar la captura de carbono y su almacenamiento en el suelo. Desde 2013, ha llevado a cabo unas 700 reuniones en las granjas para informar a los agricultores sobre las medidas de sostenibilidad y ha realizado más de 5000 evaluaciones climáticas en las granjas del grupo Arla.

Las cooperativas agrícolas europeas también están invirtiendo en tecnologías y adoptando programas dirigidos a luchar contra el cambio climático.

Muchas cooperativas agrícolas de la UE están desarrollando soluciones nuevas y distintos modelos de negocio para optimizar la bioeconomía entre los productores primarios. El nexo entre la energía y la agricultura no solo supone sacrificios, sino que también proporciona grandes oportunidades para crear nuevas sinergias, lo cual supone un beneficio para los agricultores miembros.

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